El mármol es una roca metamórfica formada a partir de rocas carbonatadas mediante el proceso de metamorfismo de contacto. Está compuesto principalmente por calcita (CaCO3) y puede contener otros minerales como micas, cuarzo, pirita, óxidos de hierro y grafito.
El mármol se distingue por su composición predominante de calcita, junto con la presencia de otros minerales como micas y cuarzo, que le confieren una gran variedad de colores y vetas. Su textura es generalmente lisa y puede pulirse hasta obtener un acabado brillante. Es apreciado por su resistencia y durabilidad, aunque requiere un mantenimiento adecuado para conservar su apariencia.
El mármol es ampliamente utilizado en la construcción y decoración de interiores debido a su elegancia y belleza. Se emplea en encimeras, suelos, revestimientos de paredes y baños, así como en la fabricación de esculturas y elementos arquitectónicos. En la industria petrolífera, el mármol con alta porosidad y permeabilidad puede actuar como reservorio de hidrocarburos y, hidrogeológicamente, puede funcionar como acuífero, almacenando grandes cantidades de agua subterránea.
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